La lectura es el mejor alimentos para el espíritu.
Calma la sed de conocimientos.
Fortalece el pensamiento.
Y hace crecer la imaginación.
Indispensable en cualquier régimen, aumenta las defensas contra la ignorancia, el oscurantismo, la intolerancia y la mentira.
¡Meta la cuchara!
La gente que no lee, se queda chiquita para siempre.